sábado, 3 de marzo de 2012

El Espíritu pide paso.


Dice Shakti Gawain que cuando tu espíritu clama por expresarse, muchas veces la forma sigue pretendiendo resistirse…es como una especie de juego…el juego de la dualidad…por un lado, el espíritu deseando manifestar cualidades supremas como belleza, amor, comprensión...la máxima expresión de sabiduría y Verdad…y, por otro lado, la forma, el ego, la personalidad resistiéndose y tratando de imponer sus viejas y aprendidas pautas.

En ese momento, en la vida del ser humano se produce un choque, una confrontación, todo lo que has aprendido o - con toda la buena fe del mundo- te han enseñado, no sirve, no llega, te han enseñado a hacerte “un nombre” (no lo tenemos desde que nacemos?), a buscar cobijo, estabilidad emocional, trabajo, un buen salario y una pareja perfecta con quien tener perfecta descendencia.

Quizá todo esto no surge nuevo en mi interior...hace muchos, muchos años recuerdo ir sentada en la parte de atrás del viejo Renault 5 de mis padres y ver a la gente en sus casas...con las luces encendidas y yo, bien pequeña sentía y pensaba: qué pena, no quiero eso para mí…no quiero limitarme a vivir aun vida simple, llena de encanto, seguramente, pero no para mí, no quiero limitarme a mi casa, mi pareja, mis hijos, mi trabajo…quiero vivir, sentir, probar, experimentar….

Sé bien que no todo el mundo siente las mismas ganas de expedición y es lícito y sano, pero yo, lo siento así y también siento que sería un atentado y una falta de respeto contra mí misma desoír mis necesidades y anhelos...el caso es que cuando verdaderamente la efímera satisfacción que te produce el mundo físico externo no alcanza y cuando tus viejas estructuras sociales y mentales empiezan a desmoronarse, se siente pánico.

Pánico porque todo lo aprendido no sirve, porque es como si el castillo de naipes se viniese abajo y, aunque en lo más profundo de tu ser sientes que ESO es lo correcto, otra parte de ti grita queriendo aferrarse a algo sencillamente imposible.

Si te entregas a lo nuevo, con confianza, fe y amor y respeto A QUIÉN EN VERDAD ERES, el camino se allana.

Hace tiempo Rebeca me contaba que soñó conmigo, íbamos por una carretera, en cuesta, en moto y yo decía todo el tiempo: no podemos hacerlo, nos vamos a matar, esto es muy peligroso…ella veía a su alrededor y todo estaba en calma, yo conducía perfectamente y todo estaba en orden…es decir, ese miedo y ese pánico estaba tan sólo en mi mente y, desde ahí, yo lo vivía como cierto.

A partir de ahí cuando la sensación de miedo por abandonar las viejas pautas se apodera de mí, trato de recordar ese mismo sueño..en lugar de conducir llena de fe y de confianza sabiéndome en el camino correcto, en lugar de disfrutar del paisaje y de la compañía...por qué perdérmelo sólo porque mi mente quiera atormentarme con pensamientos “aprehendidos”?

Quizá es hora de tan sólo sentir, de dejarse verdaderamente llevar, de hacerle caso a esa brújula interna que siempre estuvo ahí, pero que, tanto sabemos que existe como nos da pánico seguir sus directrices...y si eliminamos el pánico? O, mejor, y si hacemos las cosas aún a pesar de él?.


Quizá sea sólo cuestión de cerrar los ojos y confiar en la vida.

Un abrazo enorme lleno de cariño y gracias a Ti, por devolverme, aún sin saberlo, la Fe en mí misma.

Feliz Día.

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