- “creo que, últimamente estás engordando”
Esta frase, así dicha, sin previo aviso hace que, según el estado de ánimo del momento, se estremezca hasta el último de tus poros y ello porque nos hemos acostumbrado a otorgar poder a las personas y a sus palabras…es decir, es claro que la palabra es una arma, casi tan poderosa como un arma blanca y ello lo sabe y lo explica perfectamente el Dr. Miguel Ruiz en su gran libro “Los Cuatro Acuerdos”…pero, también es cierto que tú, con tu propio poder personal puedes neutralizar cualquier ataque, si tú decides no conceder poder a esas palabras, harás que su fuerza no penetre en ti, la esquivarás y podrás decidir qué creer y qué obviar.
Es una tarea complicada y que nos puede llevar toda esta - o más - vidas, pero creo sinceramente que es uno de los fines de esta evolución, el conseguir que las palabras de los demás no hagan mella en nosotros, al fin y al cabo, parten de otro ser, de otra realidad, no de la tuya.
Sé, de antemano que pido casi un imposible, porque todos estamos interrelacionados, todos jugamos a este juego llamado Vida y a todos, en mayor o menor medida, nos afecta lo que los demás digan u opinen de nosotros, pero también creo en el esfuerzo humano, creo en los valores, en las personas y en su fuerza de voluntad y en que nada hay más potente que alguien decidido a correr el riesgo de vivir su propia vida según su propia escala interna de valores.
Cuando estás frente a alguien así lo sabes, su mirada irradia paz y dicha y eso es porque hay un duro y constante trabajo detrás que le permite vivir su realidad sin tolerar interferencias no deseadas procedentes de otras personas.
Por eso, asume quién eres, decide correr riesgos, experimentar, probar, crear, no permitas que los demás, aún con buenas intenciones y con los mejores propósitos, desvíen tu trayectoria del sendero que tu alma ha trazado, porque tu Vida, así como tus opiniones o tu escala de valores, es sólo tuya y a ti te corresponde el vivirla como tú consideres.
Sé que es tarea arduo complicada y sé que nos llevará, como digo, miles de vidas, pero empieza hoy mismo a atrincherarte en TU REALIDAD, a no permitir ataques e intromisiones de los demás que no potenciarán tu autoestima, sino que la minarán, porque es tu vida, tu mente y tu campo energético lo que se halla en juego y sólo a ti corresponde el derecho (y “el deber”) de discernir quién o qué puede penetrar en él.
Una vez que te sabes digno y merecedor de este PODER ya nada podrá arrebatártelo, nada, ni la más hiriente de las verdades ni la más salvaje de las mentiras… porque todo aquello a lo que tú permitas la entrada a tu Ser pasará primero por el filtro de TU VERDAD.
Hoy me decía mi madre: es difícil saber poner a los demás en SU SITIO…no mamá, lo verdaderamente complicado es hallar y determinar EL TUYO PROPIO, el resto, viene solo.