Las películas que no sirven para extraer conclusiones no me gustan..y punto…pueden ser románticas, de acción, de intriga, un drama, de la vida o de la muerte, pero necesito una conclusión, una metáfora, una enseñanza.
Últimamente, la mejor película que he visto en mucho tiempo: “El secreto de sus ojos”.
Infinidad de veces he hablado del poder de la mirada, de la verdad que esconde o que refleja, de lo cierto y lo infalible que resulta buscar respuestas en los ojos de las personas porque ahí reside el Ser, la Esencia, la Verdad.
En “El secreto de sus ojos”, además de un juego infinito de miradas y deseos inconfesables, se esconde una metáfora de la vida, una enseñanza que se plasma en forma de historia escenificada de un modo absolutamente brillante.
Refleja la historia de un hombre sepultado por el dolor…atravesada su alma por un dolor tan inmenso que decide llevar esa carga por el resto de su vida sin pensar ni por un momento en soltar amarras y re-comenzar a vivir.
Entiendo que determinadas circunstancias en la vida dejan en nosotros una cicatriz, un recuerdo que a veces pervive sangrante en la memoria, pero de nosotros depende quedarnos en ese dolor ….o tratar de vencerlo.
Me gusta la forma en que la película lo refleja: ya que yo he de sufrir, tú sufrirás conmigo…y decido encarcelarte a ti y de paso, encarcelar mi alma…cuán amarga paradoja…
Si decido castigarte a ti por tu ofensa no estoy siendo consciente de que en realidad el castigo me lo inflijo yo a mí mismo, porque llevar esa carga de dolor y amargura es el peor de los venenos, el más amargo de los castigos y la crueldad más absoluta para nuestro propio ser, porque nuestro Ser tiene misiones que hacer, tiene destinos que vivir y si decidimos encarcelar nuestra esencia, guardando en la memoria la ofensa acometida, no haremos mas que aprisionar nuestra alma, nuestra misión vital.
Supongo que todo sería infinitamente más sencillo si lográsemos asumir e integrar en nosotros que simplemente estamos aquí de paso, que somos un personaje, que lo “real”, lo cierto, la esencia no se muda, ni se inquieta, ni se queja, ni sufre…porque todo es simplemente un juego diseñado y creado para nuestra evolución..
Qué imaginación la de James Cameron en Avatar... imaginación no sé, quizá no es tanta creatividad como conocimiento, conocimiento de que puedes arriesgarte a vivir, a perdonar, a dejar de sufrir, a simplemente recrearte en tus relaciones y a buscar qué enseñanza te traen en tu camino, dejando a un lado el odio, la rabia y la ira, porque todo eso forma parte de lo "irreal",lo humano y por ende, egoico, así que, cuando sea capaz de vislumbrarlo e identificarlo, tú te conviertes en un simple espectador de tus actos, y, desde ahí nada puede herirte, nada, si tú en realidad no lo deseas.
El odio no tiene sentido, porque paradójicamente no encarcelas al odiado SINO A TI MISMO,…soltar amarras, Óscar, se trata de eso, no?
Te quiero mi vida, Hoy y Siempre.
Un besazo.
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