martes, 8 de diciembre de 2009

Celebro el Dolor



Celebro el dolor, porque, para mí, viene acompañado de crecimiento.



Celebro el dolor, porque me abre vías a lo desconocido, a lo inhóspito, a lo oculto que mora en mi interior.



Celebro el dolor porque me permite tomar contacto con mi sombra, con mis partes no reconocidas, con aquello que preciso aprehender e integrar en Mí.



Celebro el dolor porque me da la oportunidad de conocerme, sabiendo dónde están mis límites y hasta dónde estoy dispuesta a afrontar.



Celebro el dolor porque es la forma que, a veces, tiene el Universo de dar lecciones vitales, de aquellas que se precisan para hacer crecer el alma, para pulir el diamante, para hacer brillar la Luz. Tu Luz.



No siempre es necesario sufrir, no siempre el Dolor se utiliza en la Vida como mecanismo de aprendizaje, pero, en aquellas ocasiones en que sí lo hace, tenemos dos caminos, o bien, sucumbir ante el dolor, dejándonos dominar por la irritabilidad del ego, caer en la desesperación y llorar amargamente el sufrimiento que las situaciones nos irradian…o bien, podemos abrirnos a él, practicando la “no resistencia”…sufriendo, sin sufrir, sintiendo sin llorar, aceptando y asumiendo el dolor, las situaciones, … asumiendo, en definitiva, la Vida.



Y por eso cada día se nos brinda la oportunidad de poder vivir y sentir un sin número de sensaciones, entre ellas, el dolor, que, como cualquier otra emoción o sentimiento es efímero, y, por tanto, de antemano debemos saber que no se quedará con nosotros toda esta vida, son estados naturales del cuerpo físico, estados que precisamos sentir y vivenciar para que nuestro Ser aprenda algo…un algo que a veces se nos escapa, y que por eso, se repite, a veces, reiteradamente, en nuestra experiencia humana para darnos las oportunidades que nos permitan extraer la conclusión necesaria.



Hoy debo dar gracias a ese dolor, hoy que ya ha pasado la tormenta y que he comprobado, una vez más, que he sido capaz de resistirla sin aflojar mi paraguas, hoy lo celebro, celebro el haber tenido fe, el haber conservado ese alma mágica y esa vela que el Universo ha colocado en mi Vida y que me ilumina constantemente el camino…celebro no haber sido víctima de mi ego, de mis circunstancias, de no haber consentido que me abatiera el viento….por eso, hoy puedo decir que todo pasa, que todo cesa, que todo se muda, que sólo es preciso confiar y aguardar a que nuestra senda se revele.



No desistas ante el dolor y ve más allá, celebra su llegada, mantén el alma a buen recaudo y espera la llegada de la primavera…todo llegará cuando así deba ser, aguarda, respira y no ceses de intentarlo…tan sólo VIVE.



Te quiero, hoy y siempre, Siempre.

FOTO: ALTEA (ALICANTE, ESPAÑA)


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