Y viajo y viajo y viajo..y cuanto más lo hago más me doy cuenta de la gran verdad de la frase: “el único viaje que merece la pena emprender es hacia dentro de ti mismo , todo lo demás, es hacer turismo”, qué cierto..
A nadie le cabe la duda de que viajar abre la mente, pero el caso es que cruzas fronteras y viajas miles de kilómetros para darte cuenta de que en cada rincón del mundo , en realidad, en esencia, somos todos iguales, y cuando digo iguales obviamente no me refiero al color de la piel, que es distinto, ni si tú prefieres desayunar a las seis de la mañana o a las nueve; me refiero a algo que va más allá de culturas y convenciones sociales, me refiero a algo que nos une, a algo que, aún no siendo conscientes de ello, nos habita y se halla en todos nosotros…porque aún en la ciudad más poblada del mundo uno puede sentirse tremendamente solo…
Y eso ocurre, ocurre que la gente que habita en zonas híper pobladas, como Londres o Nueva York, con miles y miles de personas que cada día cruzan a tu lado, cuando llega la noche y vuelves a casa sientes un vacío, un algo que te dice, que te advierte que algo no marcha, que no funciona y te preguntas cómo puede ser, cómo es posible que en una ciudad que te ofrece todo, que te da todo, donde tiene miles de oportunidades, de trabajo, de ocio, de cultura, cómo es posible que existan esos momentos donde la gente se acerque a ti y te diga: sí, pero sabes qué? Me siento solo.
Pues lamentable - o afortunadamente - eso sucede, y no le sucede a una persona aislada, le sucede a muchísima gente, porque el ser humano es, en esencia, un ser social, un ser que precisa del cariño de los demás, un ser que precisa afecto y ternura a partes iguales, porque, sin eso, no somos nada.
Necesitas saberte parte de algo, parte de un grupo, de un "clan", necesitas saber que existe alguien en el mundo a quien verdaderamente le importa lo que te suceda, si estás bien, mal, o simplemente cómo ha transcurrido tu día.
Mi hermano me decía: Por qué Pau? Por qué sucede eso? Por qué ese sentimiento de soledad? Amén de que porque, como acabo de decir, necesitamos del aprecio y del cariño de los demás como de respirar, creo que existe otro motivo más poderoso: el ser humano se ha olvidado de QUIÉN ES, olvida que está compuesto por varias partes, que cuenta con varios cuerpos y que por, desconocimiento o simplemente por dejadez, solamente prestamos atención a uno de ellos, al físico.
Sin embargo, el ser humano es un ser completo, holístico- término de la new age tan en boga – y que, como tal, precisa de cuatro “vías de alimentación” para nutrirse y sentirse equilibrado: el cuerpo físico, escogiendo alimentos que lo nutran y que aporten y evitando los tan rentables transgénicos; el cuerpo mental: escogiendo pensamientos positivos, que potencien nuestra verdadera fuerza, que despejen las nubes de las dudas y el temor y que descubran lo que somos en esencia; el cuerpo emocional: rodeándonos de personas y de situaciones que también nos aporten cosas, que nos enriquezcan, que, en definitiva, como si de un alimento más de tratase, nos aporten nutrientes necesarios para el “crecimiento” y para VIVIR y, por último, quizá el más importante por la atemporalidad del mismo, el cuerpo energético, el ser, el alma, aquello que es eterno y perdurable.
Cuando el ser humano se olvida de alimentar cualquiera de estos cuatro cuerpos cae en el hastío, en la desesperanza, en el tedio y en la desazón y quizá eso se vea más potenciado en personas que siendo muy emprendedoras en varios ámbitos de su vida, olvidan y descuidan esa parte inmodificable, perenne….porque con cada pequeño logro que consiguen en su vida – un nuevo puesto de trabajo, una casa más grande, un nuevo automóvil - van sintiéndose, paradójicamente, cada vez más y más vacíos…y eso no es fácil de asimilar, ni de comprender, ni mucho menos de explicar.
No es fácil explicarle a alguien que por más que avance en su carrera profesional si no se halla comprometido con su Ser difícilmente hallará la paz interna que ansía (y créeme que cuando digo ansía me refiero a todos, ya que, todos, sin excepción, así lo queremos); no es fácil explicarle a alguien que todo aquello que le han contado de pequeño no era cierto, que por más que avance en sus posesiones materiales como no tenga bien edificado sus cimientos internos, todo aquello que cree que ha construido se desmoronará como si de un castillo de naipes se tratase.
Hace tiempo cuando me preguntaban qué quería ser de mayor yo siempre respondía: feliz, yo quiero ser feliz…Hace años que cambié el discurso: ser feliz ya no me parece lo primordial, sino que mi objetivo es sentirme plena, y para mí eso alberga una gran diferencia, feliz puedo serlo disfrutando de una buena compañía, de una buena comida, de un buen trabajo,…”PLENITUD” incluye que todos y cada uno de mis cuerpos está atendido, que no existen partes de mí a las que yo haya descuidado, sé que es tarea complicada, pero es que nosotros somos los malabaristas de nuestra propia vida, hacemos juegos con nuestras parcelas de vida intentando que ninguna de las bolas se vaya al suelo..y el reto está en conseguirlo.
Que lucha...
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