Amor no es mirar el uno para el otro…sino mirar los dos en la misma dirección…
A veces sucede que entregas algo, un regalo a alguien y ese alguien no desea aceptarlo…es su decisión.
Sucede que pretendes que los demás valoren aquello que a ti te nace espontáneo, pero eso es imposible; imposible porque los sentimientos son individuales, nacen dentro de cada uno, y a veces, crecen, incluso sin alimentarlos..
Hace tiempo, en un debate, discutía sobre si los sentimientos eran o no modificables a voluntad, sobre si una persona podía dirigir sus sentimientos hacia y cómo considerase que era “lo mejor”; yo, acérrima defensora del fluir, defendía que eso, sencillamente es antagónico…el sentimiento nace en ti, no puedes (y gracias a dios que no puedes) influir en él, no puedes modificar su curso, es como una fuerza que llevas dentro sin saber ni cómo, ni dónde ni cuándo ha nacido o si va o no a morir, sólo puedes saber reconocerlo y, si lo deseas, tener el valor de asumirlo.
Cosa diferente son las emociones o las actitudes…eso sí es modificable...yo puedo sentir que te amo, pero puedo decidir expresártelo con mis gestos, mis actos o mis palabras o callarlo y guardar ese tesoro para siempre.
Yo puedo sentir que deseo estar a tu lado, entregarte mi cariño, colmarte de abrazos y envolverte en mi halo y, si tú no lo deseas, yo puedo asumirlo y aceptarlo o bien sufrir amargamente porque tú no quieres apreciarlo.
Como decía Buda: "el dolor es inevitable, el sufrimiento, optativo".
Así que no voy a negar que duele, duele que alguien que amas no quiera recibir ese regalo que tu alma desea entregarle, duele saber que prefiere renunciar a ese cariño, decide alejarse y prefiere continuar con su rutina…pero eso es dolor, y en uno mismo reside la llave para abrir o no la puerta del sufrimiento, porque esa llave, créeme, la tienes tú y sólo tú.
Y yo, decido cerrarla.
Decido que por más que mi ego me pida auxilio, por más que mis emociones traten de forzarme al abismo, pretendiendo disfrazarse de sentimientos, sé que no es cierto, porque el verdadero sentimiento reside tan en el fondo de mi alma que jamás desearía nada, no desea tu cuerpo, ni tus abrazos, ni tu tacto, el verdadero sentimiento, ése que nace del centro del Ser, ése que ha nacido en mí, que siento y del cual no soy en absoluto dueña sólo te desea un buen viaje, una buena travesía y una experiencia agradable, sólo te desea que te relajes, que halles Paz y que sepas girar el timón de tu vida dándole el rumbo que tu alma desea…y eso, no puedo imponer que lo hagas a mi lado… si tú no quieres.
Por eso, creo que el proceso de llegar a equilibrar el ser y la personalidad pasa por saber conjugar sentimiento y emociones, pasa por saber reconocer ese algo innato que nace dentro de ti y saber modificar tus emociones para no sufrir, para estar triste sin llorar, para poder vivir cada situación sin involucrarse y perderse en ella.
Porque la sabiduría requiere no sólo de conocimiento sino de entrenamiento, requiere saber tomar conciencia de qué parte nace en nosotros sin que podamos interferir en ella y de aquella de la que somos absolutos dueños y directores de la obra….determinismo y libre albedrío…libertad y responsabilidad...conjugándose siempre a lo largo de la vida…
Dios pone y el hombre dispone…Siempre.
Hace unos días leí una frase que me ha ayudado a no sufrir, me ha ayudado a conservar la calma y el temple y me ha permitido seguir mirando al frente tomando conciencia de que el camino es largo y que debo estar preparada para cada ascenso…espero que a Ti también te ayude:
“Qué es preciso tener en la Existencia? Fuerza en el Alma y Paz en la Conciencia”
Un beso grande, cargado de cariño y ya lo sabes, respira, toma aliento y tan solo continúa Tu Viaje.
Te quiero, Hoy y Siempre.
FOTO: Reus. (España)