"En griego la palabra pecado se decía hamartía: ‘fallo de la meta, no dar en el blanco’. Aludía al concepto de vivir al margen de lo esencial debido a una actitud errónea no consciente. Antes que los griegos y con anterioridad al arameo, el término pecado tenía el significado de ‘olvido’. Olvido de algo que estaba presente, "olvido" como dejar a un lado. No tener presente a algo o alguien que en ese momento, por diversas razones, se lo dejaba a un costado."
Adquirir Consciencia es lo más complicado para nuestra personalidad...siempre tan fuerte e independiente ella...ella que nos quiere llevar por su propio camino, juzgando, sopesando, valorando y decidiendo...ella que desea firmemente que demos oportuna respuesta a todas sus demandas y que participemos del juego deseo-conquista-éxito-frustración-desilusión...
Pero...una vez que eres CONSCIENTE el juego se invierte y pasas a ser un espectador activo de tu vida, de tus relaciones y de tus situaciones...eres el principal testigo de tu obra, y no permites (o por lo menos, intentas) que el personaje gane la partida...porque te sabes creador y actor de tu propia película...
Ser testigo es esencial para poder Vivir...testigo de tus pensamientos, de tus emociones, de tus sentimientos ...de tus actos y de tu actuación...
Lo mejor es que reconoces a los demás como actores, y ante un agravio, alcanzas a ver la parte del personaje que actúa y porqué actúa...en ese camino, el rencor, el odio, los celos o la rabia carecen de sentido..
A veces, por la vinculación sentimental que mantenemos con alguien, ya sea pareja, familia o amigos, nos es harto complicado deslindar el personaje del Ser y la ofensa acometida nos resulta imperdonable ...esos minutos, horas, días o incluso años en los que guardamos esa ofensa gravada a fuego en nuestro corazón acaban por pasar factura y seguro que, en algún momento (o durante toda tu vida) alguien te muestra la misma conducta que tú mantienes con tu ofensor y mientras esa circunstancia dure, tienes dos opciones: o culpabilizar a esa persona, y, por tanto, sentirte una víctima de la situación, o bien, reconocerte en esa parte de la otra persona que tanto te ofende. Si optas por lo segundo, descubres que, en realidad, todo parte de tu propia responsabilidad y que por tanto, en ti está el resolver esas emociones y esos sentimientos negativos que tú observas en el otro si pretendes que tu escenario se modifique.
Si llegas a percibir esta realidad, también te darás cuentas de que lo que estás sintiendo por la persona que te “ha agraviado” es dañino, absurdo y en todo punto, innecesario, puesto que seguro que la ofensa cometida parte del ego, de la personalidad, y no del Ser, donde habita la conciencia divina de cada uno.
Cuando comprendes esto, como digo, el rencor y la rabia no tienen cabida y los muros que has construido para protegerte de esa persona (y de los demás) se desmoronan, se caen y se abren las puertas a una nueva relación, a una nueva etapa, a una nueva Vida...
Porque cada día puede ser tu renacimiento personal...cada día es una nueva oportunidad para brillar y para hacer que tu Vida, tu mundo y tus Relaciones, contigo mismo y con los demás, merezcan la pena...
No te quedes esperando, no permanezcas en el odio, en una relación con quien sea que no te convence, inventada, ficticia, falsa y carente de Verdad, porque cada relación merece la oportunidad ser sanada, merece una segunda, tercera, cuarta, o undécima oportunidad, merece ser reinventada, con Amor y Luz...porque si está ahí y es como es, es por algo. Seguro.
Te reto a que desenfundes tus antiguas relaciones, párate a ver qué Verdad encierran, qué parte de ti muestran, dónde deben ser sanadas, y en qué punto has fallado tú y dónde los demás...entiende por fallo eso que decían los griegos de “no dar en el blanco”, el desviarse de lo que tu Alma te pide...haz el esfuerzo, cura la relación, sánala y aprende.
Porque el mundo es un lugar lleno de oportunidades y lleno de experiencias que merece la pena ser vividas en plenitud...no desperdicies la oportunidad que te brinda la Vida de perfeccionarte a través de ese Alma compañera...cuando hagas el esfuerzo, cuando logres ver con nuevos ojos a esa persona, descubrirás un mundo insospechado..un mundo que te habitaba sin ser tú consciente, un mundo que puedes compartir con aquel a quien juzgaste sin merecerlo, con aquel a quien amabas sin saberlo, con aquel a quien, de siempre, mantuviste tan lejos sin saber que en realidad estaba tan cerca...
Ánimo, coge impulso y da el paso, te juro, merece la pena.
Te amo.
Paula.