El verdadero cambio es cuando no hay tensión, cuando desaparece el conflicto, cuando lo que de veras cambia no es tu actitud sino tu mente...y es muy complicado llegar a ello, pero si lo logras, ENHORABUENA, porque ahí verdaderamente reside el progreso, la evolución.
El cambio que solamente reside en un cambio de actitud no es real, porque el conflicto persiste y te obliga constantemente a balancearte entre dos opciones, una, la que supones “correcta” y otra, la que tu impulso te dicta ...y eso es lo común.
Lo loable es lograr armonizar ambas...es decir, coordinar, compenetrar, lograr que mente y corazón, cuerpo y espíritu comulguen y decidan de “motu propio” actuar de la misma manera....sin conflicto, sin tensión...porque mientras ésta persista en realidad no hay cambio, hay disfraz, que tarde o temprano acabará por desmoronarse y con él, la historia que has creado y que presuponías real también desaparecerá.
Sé que no es fácil, pero también sé que es lo único que de veras aportará algo en nuestra vida, el seguir en el camino de la evolución constante, del reto, del empeño, del deseo por mejorar y por “llegar a ser” ese ser humano que se perfila en nuestro interior, que aguarda seguro de que llegaremos a la meta sin perder el entusiasmo en el camino.
Un besazo y feliz semana.
FOTO: Punta de Couso (Hío, Pontevedra)
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