lunes, 23 de febrero de 2009

A veces a mí También me Duele...y mucho.




Cuánto duele reconocer LA REALIDAD...por eso creo que a veces preferimos inventarnos miles de excusas, miles de trampas mentales y emocionales tratando de disfrazarla...

...pero lo que ES, ES y por más que se intente SIEMPRE se sobrepone a nuestras ficticias invenciones...SIEMPRE..... y no hay otra forma.

Cuando conseguimos aceptar lo que ES y dejamos de crearnos falsas realidades, duele...y duele porque vivir en el personaje nos hace inmunes al dolor, nos hace inconscientes, nos deja sedados y enmascarados en una ilusión, donde no es preciso preguntarse el cómo ni el porqué de las cosas, porque todo es creado por ti y por tu ego, por tu mente y no por tu ALMA....

....qué difícil trascender la aparente calma y adentrarse en la profunda realidad del Ser...qué tentación a quedarse flotando en la superficie de las cosas sin pensar más allá, sin profundizar, creyéndote el personaje.

Por eso creo que resulta más fácil disfrazarse, ponerse máscaras y no sólo ahora, sino todo el año, y sin necesidad de accesorios, ni maquillaje, sino simplemente con NUESTRA ACTITUD. Con ella es más que suficiente para crearnos un personaje y vivir una realidad que no es la nuestra, dejando a nuestro Ser verdadero enmascarado, en el fondo, escondido, esperando que un aire de locura se cruce por nuestro camino y nos ayude a levantar el velo, a trascender la máscara, a descubrirnos.

El problema es que nuestra máscara, aunque accesoria y artificial, es NUESTRA, nos hemos adaptado a ella y ya hasta casi nos sentimos cómodos, y, aunque un tanto asfixiados, sin aire y con poca ventilación, nos hemos acostumbrado a respirar poquito a poco, con miedo, sin que se note nuestra presencia, como sigilosa y silenciosamente, sin abrir pecho y decir al mundo: YO SOY.

Si vives sin ser tú, no vives, sólo existes.


Un besazo tierno y grande.


FOTO: Río Tíber (Roma)

No hay comentarios:

Publicar un comentario