Cada mañana, cuando me levanto, he descubierto la forma de acabar con la barrera que me impedía disfrutar de la vida plenamente desde el minuto uno de habitar nuevamente en mí…cada mañana, al sonar el despertador se me enturbiaba el ánimo, sentía una desesperación por tener que despertar y salir de ese estado onírico donde vivo, sueño, aprendo y me conozco…y cada mañana me repetía que algún día dejaría de despertarme con el sonido artificial de mi despertador y podría dedicarme a hacerlo por causas naturales, escuchando mi propia respiración, el ruido de la calle o el sonido de los pájaros…en cualquier caso, esto es lo que he escogido vivir y debo aprender de ello, así que ahora, cada mañana, al sentirme consciente nuevamente de habitar mi cuerpo, hago un esfuerzo y cambio mi mente: me digo: gracias!
La cosa empezó forzando esas gracias, es decir, mi mente todavía protestando por el molesto sonido del despertador, sintiendo que necesitaba más horas de sueño…a lo que yo le imponía un gracias! y ella, simplemente protestaba…ahora, la cosa ha derivado en un sentir esas gracias…ese gracias me sale del alma..me siento agradecida porque sé que no soy yo quién rige mis funciones vitales, yo soy absolutamente responsable del estado de mi cuerpo, pero no de que alguien o algo decida darle al “on” o al “off” para que siga con vida, así que me tomo ese día como un nuevo regalo, un presente, un amanecer que se abre para que yo vuelva a vivir la materia, a sentir, a experimentar, es un nuevo día de aprendizajes, de encuentros, de cosas que debo aprender, sentir, vivenciar, conocer y ese despertar, aún cuando a día de hoy todavía debo hacerlo bruscamente, me da la oportunidad de volver a la materia y por ende, a la Vida.